Razones para una crueldad injustificada

Ver también: 10 argumentos contra las corridas de toros.


Estos son algunos comentarios a la "descripción de una corrida de toros". Las corridas de toros no tienen nada de valentía, no son un espectáculo y no merecen el apelativo de tradición, ni arte ni espectáculo –en un sentido enaltecedor y positivo, porque claramente son un espectáculo de barbarie y crueldad.

¿Es una demostración de valentía?

La corrida tiene una solemnidad, una pompa, una fastuosidad gestual y simbólica que de verdad es muy fuerte y llega al espectador: la bravura del toro, la valentía y el gesto del torero. El acto de la lidia es el enfrentamiento entre dos "grandes": por un lado el hombre, encarnado en la figura del matador; por el otro lado, un "grande" entre los animales, milenariamente adorado y mitificado: el toro. Éste embiste y responde con bravura, pero el hombre siempre se superpone a él. Sin embargo, esto no es más que la racionalización y sistematización de una costumbre y una creencia muy arraigada en nuestras sociedades: la de ubicar valóricamente al hombre por sobre los animales; y actuar en consecuencia con este axioma: si el hombre "vale" más (tiene más valor porque es racional) entonces el animal vale menos y puede ser utilizado como medio al servicio del hombre: como medio para divertirse -en este caso-, como medio para alimentarse, como medio para lucrar y expandirse económicamente.

Ver esos tremendos animales, tan majestuosos, hermosos, briosos y nobles, acosados por un grupo de hombres en actitud de valientes (y no niego que lo sean: enfrentarse a una mole de 500 kg. que corre hacia uno sin duda enfría la sangre a cualquiera), entre un público ávido de "adrenalina" que aplaude cada estocada, cada banderilla que lo acosa, cada picador que lo debilita... Es un espectáculo demasiado ruin. Demasiado cruel. Y desesperanzador en cuanto a las expectativas de nuestras sociedades: hablamos de "educar a los hijos en la no violencia", de "resolución no violenta de conflictos", de "cultura de la paz" y cuantas otras "buenas intenciones"... ¿qué esperanzas hemos de tener en ellas cuando hasta un acto tan básico como la diversión, tenga que fundarse en la vastedad, bajeza y sufrimiento que implican la tortura y la anulación del ser de un otro? Pues aunque ese otro sea un "animal" (término que siempre se utilliza en forma despectiva) diferente del ser humano, es un ser que posee capacidad de sufrimiento, que posee intereses (aunque ese interés sea tan básico como mantenerse con vida) y que por lo tanto, constituye una entidad digna de ser considerada moralmente relevante por los seres humanos. Sin embargo, en virtud de la mencionada superposición del hombre por sobre el animal, el ser humano es incapaz de ampliar su esfera de consideración moral, y desde una actitud especista (que es un prejuicio o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en contra de los de otras) persiste en la utilización, maltrato y cosificación de los animales "a voluntad" humana.

¿Es un espectáculo?

Quitando cualquier matiz de sentimentalismo, no deja de ser curioso que cuando el torero es premiado en la plaza de toros, en la TV nunca muestran mientras le cortan las orejas o la cola al toro: la imagen se corta cuando el toro cae y el resto se comenta apoyado por las imágenes de una cámara que televisa panorámicamente lo que está sucediendo en la arena. Para el público que asiste a la arena, es difícil que logren captar nítidamente estos detalles... Pero si nos acercáramos a ver qué pasa realmente (pueden verse en PetaTV) ... podríamos ver que el toro, si bien está "caído" no está totalmente muerto, y cuando le están cortando las orejas o la cola, aún está consciente y se mueve entre espasmos... Peor aún, eventualmente muge o se retuerce de dolor con cada cuchillazo...

Los defensores de la tauromaquia siempre argumentan: el toro vivió 4 años en una dehesa, a sus anchas, bien alimentado y bajo cuidados responsables: por esto debe responder con altura y gallardía en la lidia, porque ese es su fin, su razón de ser. La razón de "ser" se argumenta desde lo económico, pues naturalmente los criadores de toros de lidia mueven un lucrativo negocio teñido de sangre y apoyado por una tradición y unas ideas que gozan de -casi- total aceptación en nuestras sociedades. Argumentación similar es la que sustenta todas las formas de uso y abuso que los hombres profieren a los animales (la alimentación, el uso de animales para experimentación científica, para diversión o entretenimiento -como el rodeo, las peleas de perros o de gallos, e incluso el lucrativo negocio de las mascotas "de luxe" o animales de raza, que vienen a satisfacer, muchas veces, necesidades sociales de sus dueños-)...Usos y abusos podríamos mencionar "hasta las náuseas". Pero no es la intención de este escrito. Una corrida de toros no puede ser un espectáculo pues es inadmisible gozar con el sufrimiento y derramamiento de sangre de un animal en la arena. El pan y el circo déjenselo a los romanos del bajo imperio. En nuestra llamada época contemporánea, donde el mundo se globaliza y los valores se pluralizan, no podemos dejar de atender las señales de todas las personas que, cada vez con mayor fuerza, luchan por ampliar la comunidad moral más allá de las personas humanas, para incluir en ella a los animales no humanos.

¿Es una tradición?

Finalmente, el gran argumento de los defensores de la tauromaquia: "es una tradición y está en nuestras raíces, por lo tanto nos debemos a esta institución", "si el toro vivió bien, debe morir con dignidad", "la escuela taurina educa valientes diestros"... Estos y otros muchos argumentos no resisten la coherencia del especismo: las actitudes utilitarias del hombre con los animales devienen en prácticas cada vez más abusivas y crueles. No podemos aceptar de manera pasiva que la cultura y las tradiciones nacionales hagan ostentación de la crueldad y el abuso, menos cuando educamos a unas nuevas generaciones y tratamos de hacerlo desde valores humanitarios. Ojo: no valores "humanamente centrados" sino valores que desde la humanidad fluyan hacia otros seres válidos moralmente. De hecho, me atrevo a decir que lo único que hace a los taurinos defender esta "tradición" es la enorme cantidad de dinero que engruesa sus arcas...porque ¿quién pierde en este espectáculo, aparte del toro? La plaza de toros sube sus ganancias, el torero gana prestigio y embolsa dinero, ni hablar de los que mueven las ganaderías... y el ciudadano "de a pie" aporta con sus impuestos y con el dineral que paga por cada entrada al sangriento ruedo... Está clarísimo que este circo montado por hombres para hombres, no tiene argumento más fuerte que el económico.

Y cuando las personas sean capaces de ponerse en el lugar del otro, de pensar por un momento en cómo lo estará pasando el toro en esta "fiesta tradicional"...veremos en qué va a parar esta tradición, que como muchos otros viciados hábitos sociales (golpear a mujer e hijos, matar por diferencias ideológicas o raciales), terminará ocupando un mancillado lugar en la historia, como uno más de los vergonzosos capítulos de la cultura humana.



Por Fabiola Leyton

Ver también: 10 argumentos contra las corridas de toros.

Buenos negocios y malos negocios

Cuando se tiene poco dinero, hay que actuar de manera inteligente para que el dinero rinda. Me llama la atención la facilidad que tienen muchas personas para hacer malos negocios con su plata y terminar peor de lo que estaban.


Que algo sea un buen o mal negocio puede entenderse en sentido muy amplio, y existen un montón de ejemplos, a continuación muestro algunos de los que yo creo que son más típicos.

Malos negocios

Vivir un estilo de vida insustentable es un mal negocio. Muchas veces, gastamos el dinero no de acuerdo a lo que tenemos, sino a lo que quisieramos tener. Es decir: vivimos la vida que pensamos que nos mereceríamos en un mundo perfecto, no la vida que nos ganamos realmente.

Estamos constantemente bombardeados por avisos que nos dicen que compremos ésto o lo otro y seremos más atractivos, más felices, más cool, etc. Tener algunas cosas más nos hace más felices a veces, y es agradable la sensación de comprar algo, pero a veces el costo es muy alto y hay que aprender a arreglárselas con lo que uno tiene también.

Algo que ayuda en ésto es el decidir conscientemente cuál es el estilo de vida que tenemos. Claramente para muchos no es el que vemos en las televisión acerca de cómo viven los ricos. Ayuda preguntarse: ¿la gente que gana lo que gana uno, puede permitirse este tipo de gasto?

Endeudarse para consumir es mal negocio. Cuando uno pide dinero, el banco le "cobra" a uno por prestarle el dinero. Por ejemplo, si pides 1.000.000 de pesos por un año, al final de ese año pagarás 1.100.000 o más. Si es para hacer un negocio, y el negocio es bueno, entonces vale la pena hacerlo porque lo que ganamos con el dinero es más de lo que el banco cobra por el crédito. Pero si es para comprárnos algo, es decir, para consumo, entonces es mucho más barato ahorrar.

Muchos bancos aplican una regla similar a ésta: si tú tienes un crédito con ellos y haz pagado puntualmente algunas de las cuotas, y de pronto te empiezas a atrasar, te llaman y te ofrecen aumentarte el cupo de crédito para que te endeudes más. Mientras más endeudado tu estés, más dinero pierdes por los créditos. Lo mismo pasa en las tiendas comerciales, donde lo que más ganan ellos es por cobrarte intereses altos por los créditos, mucho más que por la venta de la ropa o los bienes que te venden.

Comprar una casa sin ahorrar lo suficiente es mal negocio. El costo de pedir dinero prestado empeora mucho cuando el crédito es por un plazo largo. Por ejemplo, si uno pide dinero para una casa a 20 años plazo, entonces durante los primeros 8 años solamente paga intereses, es decir, solamente está pagando el precio de no haber ahorrado lo suficiente. Comprar una casa puede ser un buen negocio para tí eventualmente si ahorras lo suficiente para dar una parte importante de pie, y si escoges una casa y un crédito que sean apropiados para lo que tú ganas.

El problema mayor de comprar una casa es que es una inversión que tiene demasiada seguridad, y por lo tanto una ganancia muy pequeña. En los negocios, es necesario arriesgarse al menos un poco para ganar dinero. Tener 100% de seguridad significa tener 0% de beneficios. Por eso, desde un punto de vista estrictamente económico, la mayor parte del tiempo hay cosas mejores que hacer con el dinero que comprar una casa.

Aceptar condiciones laborales abusivas es mal negocio . Esto ciertamente tiene que ver con la aversión al riesgo, con el miedo a perder el trabajo. Hay que tener en mente que existe una tremenda diferencia entre que los que le dan el trabajo a uno le exijan hacer cumplir y ser productivo, y que lo exploten por avaricia. Hay que tener la mente fría y pensarlo como un negocio: cuando uno trabaja para alguien, uno está vendiendo algo, su tiempo; y cuando uno vende algo, tiene que tratar de sacar el mayor precio posible de lo que vende, no es nada del otro mundo. Hasta cierto punto, esto significa que es necesario mantener un cierto nivel de ahorro que permita tener independencia económica para, llegado el momento, dejar un mal trabajo en busca de mejores perspectivas.

Comprar sin comparar precios es mal negocio. Por último, el mal negocio en el que más frecuentemente nos embarcamos es el de no cotizar bien las alternativas y comprar mal. Compramos mal muchas veces porque nos da pereza comparar, y otras veces porque nos dejamos llevar por lo que dice la publicidad sin pensarlo dos veces. Este es un mal negocio perfectamente evitable, que sólo exije el estar atentos.

Buenos negocios

Ahorrar es buen negocio. Tal como endeudarse te empobrece, ahorrar te enriquece. Ahorrar es juntar energía --dinero-- para emplearlo en el momento que es más favorable para uno. Normalmente, esto implica postergar algunas satisfacciones.

Aprender a postergar las recompensas y tener paciencia es algo muy importante. Te voy a dar un ejemplo que te puede ofender, pero es con buena intención. A una foca se le puede adiestrar para que haga ciertos trucos, como equilibrar una pelota, pero es necesario darle un pescado inmediatamente después de cada truco, porque la foca tiene una mente muy de corto plazo y si no le das una recompensa de inmediato, no hace nada. Un delfín, por otra parte, puede hacer una serie larga de trucos, como equilibrarse, saltar, nadar de espaldas, etc, sin necesitar a cada momento una recompensa. El delfín es más inteligente que la foca y puede retener en su mente por más tiempo el hecho de que después recibirá su premio. Los humanos somos el eslabón final en esta cadena y podemos esperar incluso años si es necesario. No necesitamos un pescado cada dos minutos para hacer las cosas que hacemos. Podemos ahorrar y esperar.

Emprender es buen negocio. En materia de dinero, el que no se arriesga no cruza el río. Antes que gastarlo en cosas grandes que no podemos pagar y por las que tenemos que endeudarnos, es mucho mejor negocio juntar e invertir dinero en una pequeña empresa, con familia o amigos, en algún tema de cuál uno sepa mucho, y junto a alguien que sepa hacer negocios. En los mismos 20 años que estarías deslomándote por pagar, por ejemplo, una casa comprada con una hipoteca que solo favorece al banco, puedes usar el pie para iniciar un negocio, trabajar igual de duro, pero para tí mismo, y disfrutar por lo tanto de los beneficios íntegramente.

Emprender no es un camino fácil, por cierto. Implica tomar una serie de decisiones, asumir una cuota de riesgo. La mayoría de los emprendedores trabajan muy duro y son los jefes más exigentes de sí mismos. Al mismo tiempo, obtienen beneficios que jamás tendrían si solamente trabajaran para otro durante toda su vida.

Negociar las condiciones de trabajo es buen negocio. Si trabajar para otra persona, es importante hacerlo en buenas condiciones y con un buen sueldo. En el caso de trabajadores con mayor calificación, técnicos y profesionales, hay algo más márgen de maniobra para sacar un buen precio del trabajo que uno hace. Poder negociar bien exije, por cierto, el tener algo de ahorros para poder tener el tiempo suficiente para buscar un buen trabajo, y no tener que aceptar lo primero que nos propongan. Esto requiere tener paciencia y la mente fría.

En el caso de trabajadores con menos calificación, la única solución para poder negociar bien es unirse. En prácticamente todo el mundo occidental, existe el derecho a negociar colectivamente con los empleadores, y es absurdo no hacerlo cuando corresponde. Cada trabajador por separado tiene muy poco poder de negociación, así que es un asunto de sentido común el negociar en conjunto las condiciones de trabajo y el sueldo. Como en toda negociación, para esto se necesita tener la mayor cantidad de información posible para pedir y obtener sin pasarse por mucho ni por poco.

Comprar informadamente es buen negocio. Afortunadamente, los consumidores podemos explotar la libre competencia a nuestro favor, simplemente comparando precios y condiciones. Por ejemplo: en casi todos los supermercados hay ofertas muy baratas de ciertos productos, pero otros son bastante caros; lo que hace la mayoría es comprar todo de una vez en el mismo lugar, así que pensando que se ahorra termina gastando más, cuando ordenándose y comparando un poco mejor podría ahorrar un montón de dinero.

Otro ejemplo: al contratar un servicio como Internet o telefonía, por ejemplo, las ofertas más publicitadas son muchas veces las más caras y las que dan peores condiciones, vale la pena buscar bien y comparar precios, porque siempre hay empresas pequeñas pero que ofrecen servicios super competitivos y buenos.

Emprendimiento

Si simplemente actuamos ciegamente y por inercia, lo único que haremos será enriquecer a otros a costa nuestra. Dentro de las posibilidades de cada uno, emprender es una alternativa muy interesante.

Lo central es analizar bien las alternativas y, antes de meterse la mano al bolsillo, preguntarse si lo que uno está haciendo es mal negocio, o buen negocio. Es algo que no se enseña en la escuela, pero que hay que aprender pronto.

Más información sobre emprender
www.CentroPyme.cl www.DiarioPyme.cl

Ver también el libro: Padre Rico, Padre Pobre por Robert Kiyosaki y Sharon L. Lechter.

¿Cómo escribir una carta de recomendación?

Ver también: Profesión y Academia en ChaTo.cl.

Para ponerlo en su justa medida, lo que más importa no es qué dice una carta de recomendación, sino más bien quién la firma; sin embargo, redactarla puede ser muy difícil, por eso no es raro que quien te recomiende te pida un borrador de la carta.

Una buena carta de recomendación tiene cuatro partes: identificación, contexto, recomendación y cierre. En una o dos páginas, debe contener:

  • El nombre de quien recomienda y del postulante.

  • Una descripción de dónde se conocieron.

  • Algo positivo sobre el trabajo que desarrollaron juntos.

  • Algo positivo sobre la persona recomendada.

  • El teléfono o información de contacto de quién recomienda.

Puede ayudar el pensar antes de escribir la carta en 1 o 2 características que son las que se quiere destacar, y sin ser demasiado insistente, tenerlas en mente durante toda la carta, por ejemplo, responsabilidad, cuidado por los detalles, visión global, capacidad para rendir bien bajo presión, competencias técnicas, inteligencia, conocimientos, habilidad para dirigir y liderazgo, entusiasmo y compromiso, etc. Estas dos características debe tenerlas el postulante (ser honesto es la mejor política) y deberían ser cosas que el cargo al cuál se postula requiera.


Contratando Gente | Venderse o Hundirse | La Paradoja de la Elección

Identificación

Una carta de recomendación se puede dirigir al presidente del comité de selección o de búsqueda (teniendo mucho cuidado de escribir bien el nombre y el cargo) o al comité completo:

Señores
Comité/Comisión de XXX
Departamento de XXX
XXX

O bien:

Señor
XXX
Director/Presidente de Comité/Comisión de XXX
Departamento de XXX
XXX

La forma más segura es simplemente tomar la dirección a la que hay que enviar los antecedentes, y usar esa como dirección de contacto. El párrafo siguiente, debe contener la identificación de quien hace la recomendación, cuidando de dejar en claro las credenciales de quien recomienda, pero sin sonar pedante:

Mi nombre es XXX, en la actualidad me desempeño como XXX (cargo) en XXX (departamento, organización). Le escribo para apoyar la postulación de XXX ...

Soy XXX, actualmente XXX en XXX. El motivo de la presente es apoyar la postulación de XX ...

Las mejores recomendaciones provienen de gente que haya trabajado o colaborado en una relación estrecha con la organización a la que se está postulando, o que sean conocidos en el área de trabajo en que se desempeñan.

Contexto

Los siguientes párrafos indican cuál fue el trabajo por el cual se conoce al recomendado:

Trabajé junto a XXX en el año 2000, desarrollando el proyecto de "XXX" (nombre del proyecto o descripción corta) en el marco de XXX (contexto), para la empresa XXX (destinatarios).

Ahora es el momento de elaborar sobre algo positivo sobre el trabajo desarrollado, aquí se pueden usar muchos adjetivos con cierta seguridad porque se está hablando de un trabajo, no de una persona. Lo importante es ser veraz y sobre todo específico, evitar generalidades. Se pueden combinar ideas:

El proyecto resultante permitió que 400 personas se beneficiaran de ... (hablar del impacto inmediato).

El trabajo realizado fue entregado 1 mes antes de lo proyectado ... (hablar de las condiciones del trabajo).

Lo construído es usado actualmente en XXX para XXX ... (hablar del impacto a futuro).

El programa recibió un premio de XXX por XXX ... (hablar de los reconocimientos).

Ojalá sea algún proyecto con cierta visibilidad que haya sido conocido por quién recibe la carta, o alguna actividad similar al que deberá desarrollar el postulante en la organización que lo recibirá.

Recomendación

Acá se habla directamente del postulante en términos positivos, sin exagerar la nota y siendo específicos. Lo ideal es que las características que se destacan sean comprobables, estén en consonancia con el trabajo realizado y con las características del puesto al que se postula.

El Sr./Sra./Srta./Ing./Dr./etc. XXX se destacó en el equipo por ... XXX

Estas características permitieron lograr XXX ...

Trabajar con XXX fue muy positivo porque XXX

En más de una ocasión, XXX (si es algo interesante y se repitió más de una vez)

Hay que matizar estas características personales con las características del postulante para trabajar en equipo, que es muy importante cuando se contrata a alguien nuevo, porque un temor importante de quien abre la postulación puede ser que el postulante sea muy bueno pero no se integre bien con el resto. Por ello la recomendación debería incluir algo de:

Fue un agrado trabajar con XXX porque XXX ...

XXX se integró muy bien a nuestro equipo porque XXX ...

El equipo de trabajo mantiene aún una relación cordial con XXX ...

Cierre

Lo primero del cierre es lo más obvio, una llamada a la acción, directamente recomendando al postulante:

Por lo anteriormente expuesto, recomiendo sin reservas a XXX para XXX

Por lo anterior, es mi opinión que XXX reune las características necesarias para XXX

En mi opinión y según lo expuesto, XXX reúne/reúne y excede las calificaciones y experiencia requeridas para XXX

Finalmente, la carta indica el teléfono de quién recomienda. Esto le da más credibilidad y un tono más personal a la carta:

Si necesita más detalles sobre XXX, puede llamarme al teléfono XXX ...

Quedo a su disposición, para más detalles, puede llamarme al teléfono XXX ...

¡Mucha suerte!


Ver también


Ver también: Profesión y Academia en ChaTo.cl.

Testamento

-----BEGIN PGP SIGNED MESSAGE-----
Hash: SHA1

Esta es mi voluntad si muero o quedo severamente
incapacitado, la que será cumplida por todos
quienes me aprecien y respeten.

Deseo que en caso de pérdida de la conciencia
irrecuperable se aplique la eutanasia.

Deseo donar todos mis órganos, y que el resto sea
quemado sin ceremonias.

Deseo que Fabiola Leyton reciba todas las cosas
que tengo. Un 40% de él o los seguros de vida que
existan son para mi hijo y deben ser adminitrados
por Fabiola para él hasta que cumpla la mayoría de
edad.

Deseo que se le entregue acceso a todas mis
cuentas en computadores, incluso las personales, a
Fabiola Leyton, quien nombrará un grupo de amigos
de confianza, para que pongan en un web público lo
que encuentren, no necesitan ordenarlo, sólo
dejarlo accesible públicamente, quitando el
material que crean que compromete o involucra a
otras personas.

Deseo que quienes me conocieron sepan que viví una
vida feliz y llena de satisfacciones.

-----BEGIN PGP SIGNATURE-----
Version: GnuPG v1.4.9 (GNU/Linux)

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-----END PGP SIGNATURE-----

Matrimonio gay

Estoy bastante sorprendido porque en España este año se aprobó una ley que permite a parejas del mismo sexo casarse y, si lo desean, adoptar hijos. Al parecer se trataba de una de las promesas que hizo el PSOE durante la campaña presidencial, y ahora la ha cumplido.

Obviamente, hubo una fuerte oposición de la derecha y de la iglesia. Este fin de semana habrá una marcha en protesta, organizada por los obispos españoles, los que además del llamado desde el púlpito pondrán los autobuses para que la gente vaya a Madrid a participar de las protestas. Hoy en la mañana, un periodista le preguntó a uno de los organizadores el por qué ellos protestaban contra la ley, si esta no afecta a las familias cristianas que decidan mantener sus principios.

El sacerdote contestó sin inmutarse "nosotros creemos que lo que dice el evangelio sobre cómo debe crearse una familia, es bueno para todos, no sólo para los cristianos". Estimado monseñor, está usted tan equivocado y de tantas maneras distintas que casi no sé por donde comenzar.

¿Para qué se hacen las leyes?

Primero que todo, y pretendiendo por un momento que el código moral del evangelio es el mejor que existe –que no lo es–las leyes no son para hacer mejor al hombre. Las leyes las creamos para poder ordenar nuestra vida en sociedad, para poder convivir todos sin que las actividades de los unos se hagan en perjuicio de otros.

¿Por qué no podemos usar las leyes para hacer mejor al hombre? Porque las leyes no son mejores que los hombres que las escriben, porque los tiempos van cambiando y los balances de poder cambian. Porque aquello que a la clase dominante de hoy le parece que es lo correcto, cambiará mañana.

No podemos usar las mayorías para prohibir a los demás algo por pretender hacerle un bien. Abraham Lincoln decía que jamás se le puede prohibir algo a alguien porque le haga daño a él mismo, sino sólamente cuando ese algo le hace daño a los demás.

¿Para qué se escribió la biblia?

La biblia cristiana, en cambio, en la primera mitad –a la que se refieren los obispos, porque Jesús no protestó contra los homosexuales– es una creación de un grupo de sabios líderes judíos para tratar de ordenar a sus pueblos y enrielarlos en la senda correcta. El antiguo testamento fue escrito hace miles de años como una forma de permitir la sobrevivencia de un grupo de tribus que vivían en el desierto, y lo consiguió. Ese grupo de tribus luego fue desperdigado, masacrado, gaseado y reunificado. Quién escribió el antiguo testamento cumplió su cometido: la creencia entre los Judíos de que ellos son el pueblo favorito de Dios les dió fuerza y les permite mantener aún un sentido de unidad.

Hace dos mil años, un grupo de personas decidió tomar otro rumbo y apartarse del judaísmo, escribir un segundo tomo que incorporó el evangelio y las enseñanzas de Cristo, descartar algunos de los capítulos del primer tomo y comenzar una nueva religión. Voilá, el cristianismo ha nacido. Me pueden decir, ¿por qué tendría que imponerse un criterio basado en ése libro, y no en la racionalidad de observar cómo vivimos ahora?

Y no me vengan con eso de que la Biblia la escribió Dios. Como todo libro, lo escribió una mano de sangre y hueso.

¿Cómo debe crearse una familia?

Esto es lo más intragable de su alocución. Los primeros apóstoles tenían familia, pero en algún momento los que mandaban en la iglesia decidieron que los sacerdotes no debían casarse. Sinceramente, siento pena por ellos. Para mí tener una pareja es algo maravilloso. Los sacerdotes, que por algún motivo –probablemente por evitar el sexo, la iglesia católica está obsesionadísima con el tema del sexo– decidieron que no formarán una familia, pretenden decirnos al resto cómo debemos formar las nuestras.

Tienen que entender que, por ejemplo, en Chile más o menos la mitad de los hijos nacen fuera del matrimonio. Que en todo el mundo hay millones de familias de un padre con su hijo, una madre con dos hijos, una abuela con dos nietos, un hombre y una mujer, tres jóvenes, dos tíos con tres sobrinos, y así las combinaciones que se les ocurran. Existen miles de formas de hacer una familia, y ellas no tienen nada que ver con que haya al menos un pene y una vagina por casa, sino con que exista amor entre quienes formen el hogar.


El matrimonio entre personas del mismo sexo

Veamos ahora como sociedad qué tipo de leyes tendremos. Cuando dos personas se casan lo hacen por muchos motivos, que no le compete al Estado evaluar. Por ejemplo, a nadie le hacen jurar que ama a su esposo o a su esposa, eso es algo que queda en el ámbito privado. Lo que importa al Estado son los efectos que ese matrimonio tiene: se les reconoce una relación de largo aliento, tienen derechos y deberes con la sociedad, el cónyugue sobreviviente tiene derechos sobre los bienes del cónyugue fallecido, y una serie de otros efectos.

Una persona puede decidir casarse con alguien a quién no ama. Puede decidir casarse con alguien malo, o alguien bueno. Puede casarse con un negro, un chino, un judío, un indio, un alemán, o quien quiera. Pero, si mantiene una relación con alguien de su mismo sexo, en muchos países, no puede hacerlo. Se dice que una pareja así no podrá procrear. Pero escuchen: a ningún matrimonio se le obliga a procrear. Una mujer sin útero o un hombre sin testículos se puede casar. ¿Por qué prohibirle a los homosexuales casarse entonces?

La única razón que queda es que a algunos no les gusta, y que dicen "dado que los heterosexuales somos más, tenemos derecho a imponer nuestro criterio a los homosexuales". ¡Qué estupidez! ¿Vamos a seguir con la lógica de prohibir algo, solamente porque nos parece mal?

La evolución de la sociedad

A lo largo de miles de años de evolución, hemos ido poco a poco ajustando nuestra forma de vida a nuevas condiciones. Pero la mayor parte del tiempo, lo hemos hecho con una lentitud extraordinaria.

Podíamos haberlo hecho más rápido. Hace 500 años estaba prohibido enseñar que la Tierra giraba en torno al Sol. Hace 300 años la esclavitud era perfectamente aceptable. Hace 200 años era impensable que las mujeres votaran. Hace 100 años en sudáfrica negros y blancos tenían derechos totalmente distintos. En el pasado, toleramos durante más tiempo que el necesario situaciones que ahora nos parecen inaceptables.

Ahora, tenemos la posibilidad de ignorar esas lecciones del pasado o aprender de ellas. No se acabó la democracia cuando las mujeres pudieron votar. No se desmoronó la economía cuando se liberó a los esclavos. No se destruirán las familias si permitimos que los homosexuales se casen entre sí. Sólo les habremos dado algo que ellos piden, que al resto no nos hace daño, y que es justo.

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