Cuncuna

Primer Acto

Echado en mi cama en el sopor matutino, con el sol haciéndome burla por la ventana, comienzo a sentirme como el protagonista de un libro de Kafka, claro que en mi caso, no me convertí en escarabajo sino en cuncuna, y contemplo escandalizado como he podido convertirme de un palillo a una miniatura del símbolo de Michelin.

Segundo Acto

Para empowermentizar mi vida, la ictiovegetarianizo. Pescado, lechuga y tomate. Más lechuga. Pan con tomate. Pan con tomate y mayo. Pan con tomate lechuga cebolla pescado frito ketchup mostaza mayonesa y medio litro de cerveza. Ok. No va por ahí la cosa.

Tercer Acto

Buzo, zapatillas. Un gorro cuello que parece manga para decorar tortas en la cabeza, por último si voy a hacer el ridículo que sea con escándalo y a trotar. Vuelvo a mi casa 10 minutos después sudado como caballo de carreras, me tiro sobre un sillón sintiendo que voy a vomitar, que me duele la guata, que me falta aire.

Que a fin de cuenta no estoy tan gordo.